lunes, 23 de noviembre de 2015

Hoy me acordé de la casa


Aquella casa esconde la primavera de mi infancia.

Traspasabas la puerta azul y el perfume de la madreselva, que cubría parcialmente el patio, te abrazaba como si te hubiera echado mucho de menos.

Todo allí era distinto.

Entre cuadros de Foujita, que el pintor ofrecía, en los años veinte, como pago del alquiler en su pensión parisina,la mirada se paseaba como por un país extranjero.

Y el tiempo discurría despacio, ajeno, y uno sentía que estaba muy, muy cerca de descubrir el misterio de la felicidad.

Supongo que todos tenemos nuestro propio jardín de los Finzi-Contini.




                                                                         Autoportrait dans l´atelier, Leonard Foujita



3 comentarios:

  1. Aciertas, todos tenemos ese jardín, más o menos difuso. Seguimos a deshoras, qué bien.

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  2. Pues sí, eso creo. Y también creo que ese "jardín" ha sido(es) fundamental en nuestra educación, al menos, sentimental.
    Sí, siempre a deshoras, jajaja...

    Gracias y un abrazo.

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  3. A veces, incluso, más de uno.

    Un abrazo.

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