viernes, 29 de mayo de 2015

Tarkovski en el espejo



He terminado de ver "El espejo", de Andrei Tarkovski. Su autobiografía.

Me ha gustado cómo mezcla el color, el blanco y negro, el sepia, las imágenes documentales.
Entre estas últimas, me han impresionado las de los niños españoles que están a punto de coger el barco que los llevará a Rusia, muchos de ellos para no volver.
Las miradas, unas de incomprensión, otras de resignación y asunción.
La continuidad de la catástrofe.
Una niña con su muñeca en brazos, otra que descubre una mancha en su vestido.
Lloros, desesperación.
Tristeza infinita.
Y ese padre, comiéndose a besos a su hija, a la que no volverá a ver.

.




Entra el sol por la ventana de la dacha, en medio del bosque, iluminando los tablones del suelo, llenando de luz la estancia. Flores secas, y los ruidos del campo, como una continua presencia:
el agua, el viento, el fuego.




Y los sueños:

"Volver a aquellos lugares amados hasta el dolor, donde estaba la casa de mi abuelo, donde hace cuarenta años nací sobre la mesa del comedor.
Cuando quiero entrar en la casa, algo me lo impide. A menudo tengo ese sueño. Y cuando veo las paredes de troncos y la oscuridad del zaguán, ya en sueños sé que sólo lo sueño. Y la alegría se ensombrece a la espera del despertar.
A veces ocurre algo y no vuelvo a soñar con la casa, y los pinos en torno a la casa de mi infancia. Entonces me hace falta y espero con impaciencia ese sueño, en el que volveré a ser niño, y volveré a sentirme feliz sabiendo que todo lo tengo por delante, que aún todo es posible."  

Es el sueño de Tarkovski, pero podría ser el nuestro.




viernes, 15 de mayo de 2015

Y otro de Leonel Estrada(repetido), este para los dos, en un cumpleaños que -vale, lo sé, es ridículo-, tanto me pesa ...


DESPUES DE MI MUERTE


Dos días después de mi muerte
estarás mirando cajones y gavetas,
mis "secretos",
que nunca los tuve.
Uno a uno examinarás
mis apuntes, sorprendida
de encontrar cosas tan obvias
como las que se escriben
en papelitos.
Descubriras un poema o varios
que nunca conociste, tonterías.
Te parecerá que mi voz
está unida a ellos.
Suspirarás y luego una pausa;
en alguno,
tu mentón temblará
al descubrir el amor 
que no termina.
Todo igual, el amor,
mi amor repitiéndose,
los besos, las ausencias.
Nunca el olvido.
Hasta en el último papel
estaré haciéndote compañía.

                   Leonel Estrada

miércoles, 13 de mayo de 2015

Para tí, un poema de Leonel Estrada


DESPUES DE LA CRISIS


No quería dejarlo escrito,
no tenía objeto.
Tú lo sabes, tú lo entiendes:
que mi corazón ya no es el mismo
que ahora quizás es más pequeño.
Que mi vehemencia ha disminuido
pero que te amo
igual que en la tarde
en que lucías
tu vestido esmeralda,
igual que siempre.
Que es dura toda realidad
y que sólo Dios conoce
ese irremediable y total silencio
entre tú y yo
que afortunadamente no llegó.

                       Leonel Estrada

martes, 12 de mayo de 2015

Dos niñas


Dos niñas sentadas
sobre una mesa pobre,
en un jardín triste,
de cemento y macetas
de lata.

Acarician a un perro,
triste también, y sucio.
Y viejo.
Y sonríen, dulcísimas.

No hay Versalles donde
más feliz se sienta
la primavera.

viernes, 8 de mayo de 2015

Dos mapas


MAPA

Plano como la mesa 
sobre la que se extiende.
Bajo él nada se mueve
ni busca una salida.
Sobre él mi humano aliento
no crea remolinos de aire
y deja en paz
toda superficie.

Sus llanuras y valles siempre son verdes,
sus mesetas
y montes, amarillos y ocres,
y los mares y oceanos, de un azul amigable
en sus desgarradas orillas.

Aquí todo es pequeño, cercano y accesible.
Puedo con el filo de la uña aplastar los volcanes,
acariciar los polos sin gruesos guantes;
puedo con una mirada
abarcar cualquier desierto
junto a un rio que está justo ahí al lado.

Las selvas están marcadas con algunos arbolitos
entre los que sería difícil perderse.
Al este y al oeste,
sobre y bajo el ecuador,
un espacio sembrado de un silencio absoluto
y en cada oscura semilla
hay gente viviendo tan tranquila.
Fosas comunes y ruinas desesperadas,
de eso nada en esta imagen.

Las fronteras de los paises son apenas visibles,
como si dudaran si ser o no ser.

Me gustan los mapas porque mienten.
Porque no dejan paso a la cruda verdad.
Porque magnánimos y con humor bonachón
me despliegan en la mesa un mundo
no de este mundo.

                                           Wislawa Szymborska





EL MAPA

La tierra yace en el agua: es de un verde cubierto de sombra.
Sombras: o bajíos mostrando en sus orillas
la línea entre el mar y las plataformas de algas
donde las hierbas cuelgan desde el verdesobre el simple azul.
¿O es la tierra que se asoma para levantarel mar desde abajo,
atrayéndolo imperturbable a su alrededor?
A lo largo del fino, ocre banco arenoso,
¿está desde abajo la tierra tirando del mar?

La sombra de Terranova es lisa y tranquila.
La de Labrador es amarilla donde el lunático Esquimal la ha engrasado.
Podemos acariciar estas hermosas bahías bajo un cristal
como si estuviesen esperando florecer
o proporcionar una limpia caja al invisible pez.
Los nombres de las ciudades a orillas del mar salen hacia el mar,
los nombres de ciudades cruzan las montañas vecinas:
el impresor aquí experimenta la misma excitación
que cuando la emoción excede a su causa en demasía.

Estas penínsulas cogen el agua entre el pulgar y el índice
como las mujeres al comprobar la suavidad de las telas.

Las aguas de un mapa están más quietas que la tierra,
dejando que la tierra forme sus propias olas,
y la liebre de Noruega corre agitada hacia el sur,
los perfiles investigan el mar, dónde está la tierra.
Los colores, ¿están ya asignados o los países pueden escogerlos?
¿Escoger el que mejor conviene a su carácter o el que mejor le va a sus aguas?
La topografía no tiene favoritos: tan cerca está el Norte como el Oeste.
Más delicados que los colores de los mapas de los historiadores son los colores de los
       cartógrafos.

                                                                        Elizabeth Bishop








Me gustan los mapas.
Siempre me ha gustado viajar por ellos.
He recorrido todos los mundos posibles e imposibles.
Los que aún existen y los que ya no.
Incluso los que nunca existieron.
De la mano de reconocidos geógrafos como Cunqueiro, Calvino o Perucho, he descubierto países, ciudades y territorios en los que me he instalado para siempre.
Viajes imaginarios. Viajes reales.
De los reales siempre volvemos.
De los imaginarios, jamás.


                                       
En la foto, una preciosa puesta de sol sobre la Península Escandinava: