jueves, 12 de noviembre de 2015

Brillaba el suelo...


Brillaba el suelo,
prolongando en un dibujo alucinado
las piernas de los paseantes,
todo lluvia, otoño, blanco y negro.

Las miradas se cruzaban, tímidas,
compartiendo el asombro y el miedo.

Olas cargadas con el peso de los siglos,
chocaban inmisericordes
contra tanto sentimiento dormido.

Cansado de luchar contra el temporal,
vencido,
vuelvo contigo a casa. Y cierro los ojos,
y me duermo a tu lado, malherido.
Soñando con todos los colores
que envuelven tu misterio y el mío.


2 comentarios:

  1. La vida es una matrioska en la que un misterio envuelve otro misterio, ¿no te parece? Hermoso poema.

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  2. Cierto, Kris, en eso parece consistir la vida, en ir abriendo una matrioska tras otra, desvelando misterios para a continuación encontrarnos con uno nuevo.
    Me alegra mucho que te haya gustado.

    Muchas gracias por tu comentario.

    Un abrazo

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