lunes, 30 de marzo de 2015

Cambio de planes



Pasamos de vernos bajo un paraguas, todo grises, violetas y azules, recorriendo un bulevar parisino, a estar peleando contra el frio que buena parte del año invade esta vieja casona. Cosas del destino.

Aunque se me pueda criticar, reconozco que el cambio no me disgusta.

Uno, que a veces presume de lo contrario, es de natural sencillo, y acaba claudicando antes frente al deshilarse de la niebla cuando se enmaraña en un pinar, al silencio roto por el viento cuando encuentra un hayedo en su camino o al murmullo perezoso del castaño de suelos y techos acomodándose al cambio de temperatura, que frente a todo el indudable encanto de la îlle de France.

Quedarán pendientes otros paseos. Otros Père Lachaises, Montparnasses o Montmartres.

Entre tanto, nos centraremos en conseguir calor de la salamandra, mientras nos dejamos llevar, en brazos de Cunqueiro, Xuan Bello y Seifert, tan lejos como el fuego y el sillón nos permitan, dejando atrás las riberas del Sena, sin abandonar este querido rincón envuelto por el humo azul de las chimeneas y por la incipiente primavera que, aunque tenue, ya empieza a brillar.


                                   

jueves, 26 de marzo de 2015

El lado fresco de la almohada





Leyendo a Julien Green encontré una cosa que, entre otras muchas, me gustó especialmente.
Cuenta Green que en una visita que le hizo a su amigo Jean Cocteau cuando éste estaba a punto de morir, se lo encontró postrado en la cama, al lado de una imagen de la Virgen, intentando asirse a su maltrecha fé.
Y en ese momento, momento que le enterneció, recordó algo que una vez le dijo el ahora moribundo autor:
" Dios es el lado fresco de la almohada "




martes, 24 de marzo de 2015

La camelia


                     Viniste de Pontevedra,
                     camelia de flor blanca,
                     metáfora de una esperanza,
                     deseo de un renacer.
                     Florecerá en tus ojos
                     un día, llenándolos de
                     sol y nieve,
                     y cuando su brillo leve
                     de otros soles sea espejo,
                     quizás mis ojos contemplen
                     el reflejo de un perdón.