miércoles, 21 de julio de 2010



Paseo por el jardín,apenas unos minutos.
Redescubrímientos.
Cosas a las que quizá no prestamos la atención que se merecen,por su simpleza,por su humildad,
ocupados todo el día en temas que suponemos importantes,temas que,al fin y al cabo,
si no fuera por esas cosas tan sencillas que nos rodean,sucumbirían a su propia vacuidad.




Lo mismo una sonrisa,una mirada tierna,un simple beso.Una disculpa.
Un perdón.
Son como el viento que llena las velas,haciendo que el barco mantenga el rumbo,por encima de la tormenta,de la tempestad.


También los recuerdos nos alimentan,también los sueños.


Dice Miguel D´Ors,en un hermoso poema,algo que nos habla de la importancia de esas cosas humildes,de lo silente,de la letra pequeña:

"No es el canto del mirlo: es el silencio
que nos deja, un silencio
que es algo diferente del silencio
porque en él suena aún el recuerdo del canto
del mirlo. Ni silencio
ni canto: lo que ocurre cuando el canto
ya ha acabado y aún no ha empezado el silencio.
Puedes llamarlo el alma."




En definitiva,que nuestra vida la escribimos con esa letra callada,con letra minúscula.
Con letra de niño.


lunes, 19 de julio de 2010

La tarde de este domingo,una tarde hermosa y plena de luz de verano,se vió atravesada en su placidez por una nube de tristeza,demostrando que la naturaleza puede ser muy cruel,y que no entiende el significado de términos como bondad,compasión o ternura.
Un precioso corzo,que había conseguido sobrevivir y desarrollarse a pesar de que sufría la pérdida de una pata trasera,no sabemos si de nacimiento o a consecuencia de algún accidente,fue golpeado por la mala suerte,probablemente en forma de coche,echando por tierra toda la tenacidad,todo el instinto de supervivencia que lo había mantenido con vida,en inferioridad de condiciones,en un medio tan duro.
Sé que no debemos humanizar la naturaleza,pero a veces es difícil,casi imposible,el no hacerlo.
El futuro de este animal queda en el aire.
Un aire cálido,denso y pesado que nos oprime el corazón.


jueves, 8 de julio de 2010



El día antes.


La cerveza en el parador de Mérida












La entrada en la habitación con los niños.




El primer baño.













La primera comida en la playa.


El paseo con ellos desde la Torre del Puerco hasta la playa.












El chiringuito,al atardecer,frente a la isla.


La excursión a Arcos,a pesar de la cámara.


El paseo por Cádiz,también con ellos.





La piscina climatizada,la primera vez,su primer largo.


El pub irlandés el primer día,la ilusión que tenían.


La tarde en Conil.


La puesta de sol en Zahara


La tarde en el jacuzzi.

El ataque de nervios frente a las hormigas.

Los dos,jugando a Animal crossing.

El Supersol y el balón de Brasil.

El Marca....




Dos semanas,los cuatro juntos.




Y Jerez...Jerez...Jerez....