martes, 17 de mayo de 2016

Huecos vacíos


Las golondrinas.

El castaño de indias.

Una mesa de piedra

bajo una lluvia 

de ausencias.

Los ecos lejanos

de una partida

de dominó.

Vuelves,

una y otra vez,

a este jardín umbrío

al que llamas memoria,

huecos vacíos

que un día

ocupó tu infancia.

En esta mañana de lunes

que se adivina hermosa,

el sol,

con su mirada indiscreta,

se cuela por el balcón.

Con trazo sencillo dibuja 

perfiles de vida callada:

lomos de libros viejos,

la antigua radio,

la vieja habitación.

Volveré a esta mañana

algún día, hueco vacío

en mi alma.

No ha de ser otra cosa,

la vida:

un ir dejando huecos,

y que otros,

- su amor, su memoria -

los vayan llenando.



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