jueves, 6 de agosto de 2015

Sábado de fiesta

Mañana de fiesta.
Sábado.
Un no sé qué de luz
de domingo.
Tras la cortina,
haciendo del balcón
la promesa de un
asombro,
se adivina un murmullo
inquieto y feliz.
El reloj da las once.
Cada campanada 
esconde
un verso de Jammes.
Y yo me abandono
su arrullo.
Y vuelo tras ellas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario