Una rata
atraviesa a la carrera
la Piazza San Marco,
en esta húmeda y serena
noche veneciana.
La luna,
tan alta, tan llena,
ilumina la escena
como en una película
de Rossellini.
Sólo nuestros pasos,
y el inquieto zig-zag
de la rata,
quiebran el silencio
que nos envuelve
en esta noche soñada,
sólos tú y yo,
en Venecia.
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