miércoles, 30 de marzo de 2016
martes, 29 de marzo de 2016
Nocturno veneciano
Una rata
atraviesa a la carrera
la Piazza San Marco,
en esta húmeda y serena
noche veneciana.
La luna,
tan alta, tan llena,
ilumina la escena
como en una película
de Rossellini.
Sólo nuestros pasos,
y el inquieto zig-zag
de la rata,
quiebran el silencio
que nos envuelve
en esta noche soñada,
sólos tú y yo,
en Venecia.
miércoles, 16 de marzo de 2016
Qué pena...
Qué pena doy cuando estoy sólo.
Voy de un lado a otro,
como un mendigo,
buscando disfraces
buscando disfraces
con que paliar tu ausencia.
Cojo un libro. Luego otro.
Ninguno me sirve.
Nada de poesía social, qué va.
Nada de poesía social, qué va.
Ni Pessoa ni Rilke.
Bastante tengo ya
Bastante tengo ya
con mis propias soledades.
¿Machado?
No. Me niego a asumir la pena.
Tampoco Karmelo. Ni Roger Wolfe.
Podría cogerle gusto al fracaso.
Volveré a ellos más tarde,
¿Machado?
No. Me niego a asumir la pena.
Tampoco Karmelo. Ni Roger Wolfe.
Podría cogerle gusto al fracaso.
Volveré a ellos más tarde,
cuando la tenga a mi lado.
Quizás, como otas veces,
García-Máiquez me ayude
a pasar este trago:
la alegría de vivir, la familia,
la rutina, la Fé, la Gracia.
Parece que oigo la puerta.
Sin duda es ella. Ya en casa.
Dejo a Enrique sobre la mesa.
Le doy de nuevo las gracias.
Me pongo a leer a Karmelo,
y saludo como si nada.
Llueve en San Sebastián.
Sólo en un café. De madrugada...
Qué fácil la soledad soñada
cuando, tras tanta agonía,
vuelvo a tenerla en mis brazos.
Quizás, como otas veces,
García-Máiquez me ayude
a pasar este trago:
la alegría de vivir, la familia,
la rutina, la Fé, la Gracia.
Parece que oigo la puerta.
Sin duda es ella. Ya en casa.
Dejo a Enrique sobre la mesa.
Le doy de nuevo las gracias.
Me pongo a leer a Karmelo,
y saludo como si nada.
Llueve en San Sebastián.
Sólo en un café. De madrugada...
Qué fácil la soledad soñada
cuando, tras tanta agonía,
vuelvo a tenerla en mis brazos.
lunes, 14 de marzo de 2016
Se abre paso la primavera
invierno,que no da su brazo a torcer. Aunque se sabe perdido, pues las sencillas flores del
cerezo, con su humilde expresión de amor, con su belleza silente, hacen que rayos y truenos
no parezcan otra cosa que los patéticos aspavientos de un loco, de esos que nos hacen
mirar hacia otro lado, indulgentes, pero cansados ya de tanto desatino.
Entretanto, los mirlos comienzan su canción.
jueves, 10 de marzo de 2016
El nogal
Tu sombra se ha ido.
Aún lejanas, las tardes
de verano no serán
las mismas sin tí.
Te has dejado morir,
nogal, bajo la lluvia.
Cansado de inviernos,
del peso de los años.
Desde hoy, estamos
un poco más sólos,
los mirlos y yo.
lunes, 7 de marzo de 2016
Qué días estos
Qué días estos
en que un simple
rayo de sol
te emociona.
En que los milagros
te asaltan
en la calle:
un gorrión,
una sonrisa,
la fina lluvia
tras los cristales,
en un café.
Qué días estos
en que un te quiero
por sorpresa
despliega,
en mitad de la calle,
el mapa
de la felicidad.
miércoles, 2 de marzo de 2016
En el cumpleaños de mi hijo, una preciosa poesía de mi mujer, para ellos dos
Vosotros sois la respuesta
a todas las preguntas,
el pasaporte de toda aventura.
Habéis roto todos mis planes,
alejado mis miedos.
Os habéis reído de mis certezas,
habéis intentado hacerme mejor.
Cuando termine este sol radiante,
esta infancia llena de alegría,
me tocará empujaros
tan alto y fuerte
como sea capaz.
Mientras tanto,
dejadme que os dé las gracias
por ayudarme a crecer,
y hacerme fuerte.
Por permitirme ver la vida
con vuestros ojos,
para ser otra vez yo,
pero distinta.
Que Dios os bendiga a los dos.
Beatriz Mazoy
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