Y como no acababa de llegar,allá que nos fuimos a encontrarlo por el camino;de cebo hemos encendido la chimenea,y nos vino a ayudar un indicio de frio en el aire que se filtraba por el balcón.
Este fuego y el olor a humo nunca fallan: a los pocos minutos,por fin,apareció el otoño.
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