Me asomo al Cantábrico desde el ventanal de mi casa.
La fortuna de un mar próximo y hermoso, que adorna los días y arrulla las noches.
A mi espalda el Sueve, protector y sereno, con sus bosques y nieblas, completa
este universo soñado.
este universo soñado.
El pasar de los días.
La contemplación.
Los paseos por la playa, buscando tesoros.
Vuelvo a mirar el mar.
Mientras, espero, paciente, la llegada del otoño.
Mientras, espero, paciente, la llegada del otoño.
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