martes, 21 de abril de 2015

Mañana de domingo

Acabo de recibir un soplo de brisa marina que me trae todo el aroma del Cantábrico, al que se suman, poderosos, los del romero, la menta, la albahaca y la lavanda que hace unos días planté.

Dos mariposas, nerviosas como en día de fiesta, van dibujando en el aire la sismografía sentimental de esta mañana, donde un cielo de tan azul casi falso, como dibujo de niño, nos envuelve.


                                                      El jardín del artista en Eragny . Camille Pissarro

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