jueves, 13 de noviembre de 2014

Equilibrio


Esta mañana, cubriendo el jardín, el cielo, infantil de tan nítido, con tantas constelaciones y y tan bien dibujadas como en una película de Miyazaki.

Sobre la hierba, húmeda y tierna, todos los caracoles, babosas y demás fauna silenciosa, cruzándose lentamente, como discurre un amor maduro.

Un cárabo y un ruiseñor disputándose la prima voce de la moribunda noche.

Parecía que de un momento a otro íbamos a dejar de girar, a pararnos, pues habíamos encontrado el equilibrio, la belleza desnuda.



3 comentarios:

  1. Y de todas, tenías que quedarte tú con esa tarea, poeta, que es efectivamente la más grata.
    Yo que ya tenía mis teorías sobre los caracoles, volviendo cada mañana al huerto de la vecina...

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  2. Preciosa reflexión. Aún hay en este mundo una humilde belleza que no queremos ver.

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  3. Gracias, Miguel, y sí, es cierto, y esa belleza está por todas partes

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