martes, 9 de julio de 2013

grillos, trenes y estrellas

Fue tanto el calor que abrimos la ventana y dejamos que entrasen en la habitación, en tropel, todos lo grillos del mundo, bañado su canto en polvo de estrellas.
Un autillo lejano, metrónomo de este concierto vanguardista, marcaba el ritmo en esta noche lenta, a la que también se sumó el pasar de un tren solitario, como en un cuadro de Pelayo Ortega, que nos partió el sueño en dos.




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