Con la lluvia como intermitente compañera,y entre ladridos,trotes y alegrías,nos fuimos a dar un paseo,los perros y yo,para decirle adiós al viejo invierno.
Entre verdes y nieblas la primavera nos salió al paso,tímidamente hermosa,ya inevitable.
Así es como más me gusta el campo,cuando parecen salirte al encuentro pequeños tesoros,como poemas de Emily Dickinson,en forma de brotes solitarios o humildes y calladas flores;cuando el respetuoso silencio invernal está a punto de abandonarnos para dejar paso a la bulliciosa estación,aún lánguida,como soñando.
Queden como muestra estas ramas floridas que,como una pintura japonesa,nos llaman al sosiego y a la esperanza.
y nuevos dedos hurgan en la hierba;
un trovador que está subido al olmo
revela a los demás la soledad.
Jugarán otros niños en el prado,
dormirán bajo tierra otros cansancios;
pero la pensativa primavera
como la nieve llegará a su tiempo.
Emily Dickinson
No hay comentarios:
Publicar un comentario