Juan Díaz, Huerna(II)
"Llegó la nieve,
la rosa blanca, cuando ya no hay rosas"
J.Jiménez Lozano
Me gusta la nieve. Supongo que influye el no vernos con mucha frecuencia.
Pocos momentos recuerdo más intensos que los segundos que preceden a la caída de los primeros copos, ese silencio irreal que todo lo envuelve.
Lo que más me gusta de la nieve es leerla y escucharla.
Una manera de leerla es asomarse al precioso poemario de Yves Bonnefoy, Principio y fin de la nieve, donde nos cuenta cosas como esta:
El espejo
Ayer aún las nubes
Pasaban por el fondo
Oscuro de este cuarto.
Pero el espejo ahora está vacío.
Nevar,
Desanudarse el cielo.
Estos días atrás conseguimos verla.
No sólo vimos la nieve cubriendo carreteras, campos y tejados.
También la vimos en el frio que el cristal dejaba colarse dentro, en las estrellas sobre el cielo limpísimo, en aquel ovillarse de los humildes gorriones, en el agua que, alborotada como en día de fiesta, corría por los torrentes...
Estaba la nieve en los ojos de aquella anciana que, pronta la partida, apretaba con ansia, entre las suyas, las manos de su nieta.
"He oído la campana de la nieve, he visto el hongo de la pureza, he creado el olvido"
A. Gamoneda
Dejemos que siga nevando,como lo hace en ese hermosísimo juguete que es el poema de E.E. Cummings:
Beautiful
is the
unmea
ning
of (sil
ently) fal
ling (e
ver
yw
here) s
Now*
*[Hermoso
es el
sinsen
tido
del (sil
encioso) ca
er(p
or
do
quier) de la n
ieve.]
Trad. de José Casas
Juan Díaz, Huerna I
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