jueves, 30 de mayo de 2013

Paseos por la mariña








Viaje a la mariña de Lugo.

Tapia de Casariego, mientras se pone el sol. Los niños en el pedrero del puerto, buscando tesoros.
Como siempre, los encuentran.




















Vemos Castropol desde nuestra ventana. Es impresionante.








En Ribadeo, me acuerdo de Luz Pozo Garza, y la leo en la antología que de ella preparó mi prima Carmen, junto a la de Pimentel, Manuel Antonio y Rosalía:

                                             

                                                           Reconocimiento


                             Me hallarás bajo vibrante pleamar de luz.

                                Sabrás quién soy por mi cintura de rosas fresquísimas. Por las

                             dulces ramas arqueadas de mis brazos.

                                Mientras la tarde lanza su viva llamarada entre las hojas, no

                             busques mis huellas. Que sobre orillas virginales ondeará mi plan-

                             ta adolescente.

                                Y cuando la luna sostenga el pasmo de su lámpara de oro,

                                ¡Mira!...

                                ...Que en mi ceñida cabellera se encederán todas las estre-

                             llas.






    
Visitamos la playa de Las Catedrales.
Una romería. Hasta una "boda" se estaba celebrando. Era esperpéntica la imagen de la novia correteando por la playa en busca de la cueva más apropiada para el evento, seguida por la corte de invitados, gaiteiros y el de la floristería cerrando el pelotón, todos ellos cruzándose miradas silenciosas llenas de estupor.
Así todo, los niños disfrutaron a sus anchas.







La comida en Rinlo. Me acordé de Angel Ruiz, azote de desmanes arquitectónicos, al ver el pueblo.
Una pena teniendo en cuenta el enclave, que es fantástico.





3 comentarios:

  1. Ahora entiendo que me diera un ataque de labilidad emocional,es tan bonito todo.

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  2. otro iluminado, dejarnos en paz .si no cambiamos apenas en los últimos 50 años aprender un poquito

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  3. Estimado Anónimo: lo primero agradecerle su comentario. Lo segundo pedirle disculpas si le ha molestado algo de lo que dije. Lo tercero darle una explicación: soy un enamorado de la mariña, a la que siento, como gallego de Lugo, un poco mía. La playa de Las Catedrales es una preciosidad, y sé que es imposible encontrármela tan solitaria como a mí o a cualquiera le gustaría. En cuanto a la boda, fue un esperpento surrealista digno del mejor Buñuel, pero lo fue en esa playa como lo hubiera sido en Doñana o en los Lagos de Covadonga. Pasemos a Rinlo. Es fácil comprobar, dándose un paseo por nuestra tierra, que los gallegos, salvo raras excepciones, no hemos sido muy respetuosos con la construcción, especialmente en la costa, y Rinlo no es una excepción. Es una pena que con esa maravilla de trazado urbanístico, con ese laberinto de calles que conforman un modelo de pueblo pesquero, se haya permitido construir sin ningún criterio ni uniformidad, conviviendo fachadas de teselas con aluminios de todo tipo, así como galpones y uralitas, con graffitis incluidos. El lugar es maravilloso y merecería una mayor protección y control. Reitero mi agradecimiento por su comentario y mis disculpas por lo que haya podido molestarle. Un saludo.

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