martes, 26 de marzo de 2013

Nicolae Steinhardt




No lo sabía.
No lo sabía- la respuesta de aquellos a los que se les habla de la tortura, de los campos de concentración, de las cárceles, de las confesiones forzadas de los acusados, de los internamientos de políticos en  manicomios-,  no es una disculpa válida. Nadie está obligado a inventar la pólvora o a descubrir la teoría cuántica. Pero, por otra parte, una inteligencia elemental es un deber. Sobre todo para un cristiano, que tiene que estar siempre alerta ante las tentaciones. Y la estupidez es una tentación. Y no sólo para un cristiano.
Y esto a causa de una constatación experimental objetiva: nadie sabe nada pero todo el mundo lo sabe todo.

La ignorancia, la estupidez, el paso a ciegas por la vida y por las cosas, o el paso indiferente son cosa del diablo. El samaritano no ha sido sólo bueno, también ha estado atento: ha sabido ver.


                                                         Nicolae Steinhardt, El diario de la felicidad


Así, sin más. No se puede decir mejor.





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