miércoles, 8 de febrero de 2012

Rita (1998-2012)

No hizo ruido ninguno.Así fue su vida con nosotros.
Fue un regalo que hicimos pero,al no ser aceptado,vino de vuelta a casa.Parecía a veces consciente de ello,de su condición de hija no esperada,no deseada,y así,procuraba no hacerse notar,como si no quisiera resultar una molestia.

En su juventud era feliz persiguiendo una pelota.Usaba una técnica curiosa para prolongar su diversión,que consistía en un fingido despiste,un mirar no viendo,pues dotada como estaba con un prodigioso olfato,por muy difícil que se le presentara el lance,siempre descubría la pelota mucho antes de lo deseado.

Se desencantó pronto del juego,pues comenzó de forma muy temprana a sufrir los acosos de la artrosis en sus patas traseras,provocándole molestias cada vez mayores,y quién sabe si también una cierta humillación al no conseguir los exitos con la pelota a que nos tenía acostumbrados.

A estos problemas siguieron otros,como una falta de visión que avanzaba a la par de una sordera galopante,que hicieron de ella una dulce viejecita prematura.Todo ello la llevó a abandonar sus aficiones deportivas en favor de actividades más serenas,como los baños de sol y las curas de sueño.

En su humildad,parecía no estar nunca,y ahora el vacío sin ella es inmenso.

La echamos de menos como se echa de menos la ternura,el cariño,el sosiego,la bondad...necesidades primarias que no valoramos demasiado,hasta que nos desgarra su ausencia.

Qué cierto es aquello que decía el personaje,creo que de "El abuelo",cuando contaba algo así como:"¡Qué me va a contar a mí lo qué es estar sólo,que ya se me han muerto tres perros!"

Se fué de nuestro lado sin hacer ruido,como había vivido,y con tanta bondad que hasta quiso llevarse con ella toda la soledad del mundo,pero pequeñita y débil como estaba,no pudo con tanto equipaje y nos lo dejó aquí,en el pasillo,y ahora no sabemos qué hacer con tanta pena.


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