Gracias a mi hija de trece años, cuya inquietud y buen gusto artístico no deja de sorprenderme, descubrí a un fotógrafo que me ha encantado.
En principio pintor, derivaría a la fotografía de la mano de Walker Evans. Y qué buena decisión.
Como dice en el folleto, "no son fotografías, son historias", y es cierto. Relatos de Ford, de Shepard, parecen asaltarnos desde el interior de estas imágenes.
En fin, un gustazo.