que me brinda la tarde en este pueblo,
acunado por trenes y gorriones
bajo la grana sombra de un cerezo.
Mariposas perdidas sobrevuelan
este calor infame y justiciero,
mientras echo de menos otras tardes,
mientras echo de menos otros tiempos.
Puede que hoy,la mirada serena,
cuando parece levantarse el viento,
sea buen momento de enfrentar pasados,
y guiados por la risa de los niños
intentar que las tardes venideras
nos traigan la alegría del regreso.